Los últimos días con Andi han sido muy muy estresantes. Andi ha dejado todo sin resolver hasta el ultimísimo momento. Cómo no, me ha tocado echarle una mano para resolver todos los asuntos pendientes y para tranquilizarlo antes de su gran aventura turca.
Una de las cuestiones que estaban pendientes y que no podía ser resuelta hasta el final era la limpieza y pintura de su cuarto. Dado que yo tenía más experiencia que él en cuestiones de pintura, me comí el marrón de pintar todas las paredes, mientras Andi ponía la cinta adhesiva para evitar hacer berretes.
La paliza fue considerable, y éste es mi aspecto después del extenuante trabajo.
Justo después teníamos una cita con Ale y el otro chico pakistaní para cenar juntos comida típica de su país. A duras penas pude conversar, pero fue un agradable momento de relax, uno de los pocos de la semana.
